“No se puede pensar en pequeño”: escuelas menores luchan por llegar al sambodromo
Aunque las categorias mas bajas tambien cuentan con algo de recursos publicos y apoyo logistico, la mayor parte del dinero que consiguen para los desfiles proviene del rebusque y la solidaridad.
“La dificultad es tremenda porque muchas empresas no valoran estas escuelas, no ven Carnaval fuera de la Sapucai”, aseguro Darlan Santos, presidente de Academicos da Rocinha, “escola” que hace parte de la categoria Plata.
Por eso las ‘ligas menores’ se las ingenian para sobresalir comprando, a precios mas bajos, elementos ya usados por las del Grupo Especial, para reconstruirlos y darle una nueva vida en sus carrozas.
Quienes integran las categorias inferiores aseguran que se requiere el doble de esfuerzo de las del Grupo Especial para poder ascender.
“No se puede pensar en pequeño”, aseguro Santos, quien ya ha llevado a Rocinha a las “ligas mayores” donde sostenerse, dijo, exige profesionalismo.
“Aqui usted le da mas con el corazon”, enfatizo.
En el barracon donde varias de las compañias de la categoria Plata hacen los montajes de las estructuras para los desfiles predomina la solidaridad y no se ve el recelo que reina en la inmensa Ciudad de la Samba, donde se concentran los doce galpones de las “escolas” del Grupo Especial.
“La disputa es alla en la avenida, pero dentro de este barracon todos intentamos caminar juntos y empujar al otro para que no se quede atras”, señalo Santos.
En cualquiera de las categorias, sin excepcion, la alegria es la nota dominante.
Son cientos de miles de personas que desfilan cada año en el sambodromo o en la Intendente Magalhaes, la mayoria habitantes de favelas y comunidades pobres.
Fue alli, en los cerros donde se levantan sus hacinadas casas, donde nacieron, dos siglos atras, los desfiles del Carnaval.